Esta
es una deliciosa tarta de queso cuya textura interior resulta muy cremosa, casi
de flan, no es dulce en exceso, de hecho en mi casa los más golosos le
añadieron miel de palma por encima y reconozco que estaba inmejorable. Las cantidades
descritas son para una tarta de 22 centímetros, si se quiere más grande pueden
aumentarse las cantidades proporcionalmente. Teniendo en cuenta que la preparación resultante es bastante líquida hay que tener mucho cuidado con los
moldes desmoldables porque puede salirse la mezcla.
250
gramos de queso tipo crema
100
gramos de azúcar
125
gramos de mantequilla
3
huevos
250
ml de nata líquida
250
m. de leche entera
2
sobres de cuajada
Precalentamos
el horno a 200 grados. Preparamos el molde forrándolo con papel de horno o
untándolo con mantequilla. Batimos los huevos con el azúcar y cuando esté bien
emulsionado añadimos la mantequilla poco a poco, seguidamente la nata y
continuamos batiendo. Diluimos los dos sobres de cuajada en la leche y la
añadimos a la preparación, y a continuación el queso crema. Terminamos de batir
bien y ponemos al horno inmediatamente durante unos 35-40 minutos
aproximadamente. Usar la brocheta para pincharlo y comprobar su cocción, si
sale seco es que estará en su punto. Para la decoración hemos usado una plantilla de stencil y un poquito de azúcar glas.
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