Otro año más estrenamos verano. Esta es una receta guardada desde el año pasado, cuando Frando cumplió 5 años. Cuando falta tan poquito para las vacaciones ya por aquí lo estamos extrañando y esperando, así que la entrada de hoy queremos que sirva para recordárselo. La playa está guardadita para cuando lleguen.
Como Frando cumple años en pleno agosto, se nos ocurrió preparar esta charlota de doble mousse de chocolate blanco y chocolate negro, que puede servirse bien fresquita y la cubrimos con montañas de galleta molida para ambientar la arena de la playa. Todos los trastos "playeriles" se hicieron con pasta de azúcar, las tablas de surf de oblea recortada cubierta de fondant y las figuras de la mamá y los niños se compraron de Playmobil para que duraran todo el verano. (Que me perdone Paco pero el papá no venía en el pack). Las cometas que su tío Nando le ha enseñado a hacer recientemente, se hicieron recortando unos paragüitas de papel y engarzando en ellos un alambre de flores fino y largo.
Ingredientes para el Mousse de chocolate blanco:4 claras de huevo
100 gramos de azúcar
200 gramos de chocolate blanco de repostería
400 ml. de nata de montar mínimo 35% m.g.
una pizca de sal
50 gramos de mantequilla
4 hojas de gelatina
Ingredientes para el Mousse de chocolate negro:
200 gramos de mantequilla
2 tabletas de chocolate negro
6 huevos
6 cucharadas rasas de azúcar
- Bizcochos de soletilla
- Galletas tipo María molidas (para cubrir la superficie y la bandeja).
- Zumo o almíbar de piña para mojar los bizcochos.
Preparación del Mousse de chocolate blanco:
Ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría durante 15 minutos. Reservamos hasta el momento de usarlas. Montamos las claras a punto de nieve con la pizca de sal, cuando estén casi montadas vamos añadiendo el azúcar poco a poco hasta que esté totalmente integrado y reservamos.
Derretimos el chocolate al baño maría y añadimos la mantequilla, mezclamos bien y dejamos templar. Añadimos a continuación las hojas de gelatina bien escurridas y removemos bien hasta que se diluyan. Montamos la nata. En un bol grande vertemos el chocolate y añadimos alternativamente de dos veces, las claras montadas y parte de la nata, removiendo con movimientos suaves y envolventes. Reservamos en la nevera.
Preparación del Mousse de chocolate negro:
Ponemos el chocolate al baño maría a fundir, añadimos la mantequilla y unimos bien. Vamos añadiendo las yemas de los huevos de una en una rompiéndolas rápidamente y removiendo siempre. Añadimos las cucharadas de azúcar y seguimos removiendo unos minutos hasta que se disuelva. Retiramos del fuego y añadimos las claras montadas a punto de nieve integrándolas con suavidad. Reservamos en la nevera.
Preparamos un molde preferiblemente desmoldable, en este caso se usó uno cuadrado de 25 x 25 centímetros. Cubrimos el fondo y las paredes con papel de hornear. Ponemos el zumo de piña en un plato hondo o cuenco y vamos colocando capas de bizcochos de soletilla, mojados previamente en el zumo, empezando por las paredes del molde y después cubriendo la base. Añadimos una capa generosa de mousse de chocolate negro. Ponemos otra capa de bizcochos de soletilla y mousse de chocolate blanco, y otra capa de bizcochos y mousse de chocolate negro de nuevo. Cubrimos con un film y llevamos a la nevera mejor de un día para otro. O al congelador si se prefiere.
Al día siguiente se saca de la nevera o congelador, se desmolda, se pasa una cinta de rafia alrededor de los bizcochos y se adorna con la galleta molida y con todos los trastillos de playa que tengas la paciencia de hacer. Debe servirse fresquita, así que si va a consumirse a medio día o por la tarde basta pasarla a la nevera por la mañana y sacarla un rato antes de servirla.
He disfrutado muchísimo haciendo esta tarta, como todas las que he hecho para Frando, especialmente en el momento de ver su sonrisa, así que deseando que cumpla muchos más y que nosotros siempre lo veamos.
Feliz verano para todos y ¡hasta pronto! hoy dedicado a Frando.
Qué guapa esta playa, con viento para las cometas y todo. Pero lo más, lo más que me gustó, es esa nevera de playa, jejejje, qué chula.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Irmina, tu siempre pendiente de los detalles.
ResponderEliminarPero que maravilla, un trabajo muy bien hecho.
ResponderEliminarMadre del amor hermoso, Esther... Entiendo que digas que te lo pasaste muy bien haciendo esta tarta, porque tengo en cuenta mi cara de asombro registrando cada detalle, así que imagino la de un chiquillo pequeño. ¡Debe alucinar cuando ve tartas como esta! Además, tengo la certeza de que debe estar buenísima, porque las tartas con galleta, fresquitas, son deliciosas.
ResponderEliminarMe ha encantado mirar cada detallito, pero me quedo con la pelota, las tablas de surf y las cometas. ¡Soberbia!
Besitos
Muchas gracias Laura.
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