¿Que apostamos?.... y me apuesto todo, un fin de semana sin hacer tareas en casa,  limpiar el jardín, o poner en la radio solo mi música favorita, o un millón de euros. Desde que los niños eran pequeños tenía esa costumbre..¡El que pierda baña al perro!. Todas esas cosas soy capaz de apostarlas en cualquier momento, me encanta ganar la oportunidad de dar órdenes a los miembros de la familia y que no me rechisten. Todas las pagos y las cobro, menos la del millón de euros, que queda firmada como deuda por si algún día llego a ser multimillonaria.  En esta ocasión apostamos unas cuantas compañeras de la oficina cuales serían los resultados de las elecciones del mes pasado y evidentemente la perdí. 

La apuesta era preparar un picoteo para llevar a la oficina de manera discreta a la hora del aperitivo y para mi no hay comida de ninguna clase que no termine con algo dulce. 

Con los calores que estamos pasando en estos días al aperitivo había que añadirle algo fresquito y ácido, además no me apetecía encender el horno, por lo tanto solo quedaba la opción de un postre con algún cítrico, bien fría y ligera. Y para darle un poco mas de "estilillo" una crema inglesa de limón como glaseado.

Lo advierto, estaba buenísima, a todas les encantó y a mi la primera, porque era la primera vez que hacía esta receta. ¡Te la recomiendo, intenso y delicado sabor a limón!

Preparar un molde desmontable. A mi me gusta cubrir los laterales con acetato si queremos garantías de bordes impecables. Aunque también lo puedes lograr pasando simplemente un cuchillo finito al desmoldar.

Fundimos la mantequilla en el microondas, apartamos. Trituramos las galletas con la canela y añadimos la mantequilla, mezclamos bien y volcamos  en el molde, extendiendo en la base aplastando bien con las manos o con la base de una botella.

Guardamos en la nevera

Ponemos las hojas de gelatina de remojo en un vaso con agua fría

Mientras, batimos el queso con el azúcar hasta que quede cremoso. Por otro lado ponemos los 50 ml de nata a calentar en el microondas durante apenas unos segundos. Escurrimos la gelatina, la echamos en el bol con la nata caliente, mezclamos hasta que se disuelva y dejamos enfriar un poco.

Volcamos sobre la crema de queso y removemos. Aparte montamos la nata hasta que esté semimontada y la incorporamos a la mezcla anterior. Finalmente echamos el zumo y la ralladura de limón. 

Volcamos el relleno en el molde y dejamos cuajar en la nevera.

Mientras hacemos el lemon curd

En un calderito batimos los huevos con el azúcar, el zumo de limón y la mantequilla. Lo ponemos al fuego, a temperatura media (en mi vitro lo pongo a 6 de 9)  removiendo constantemente hasta que espese. Cuando haya espesado es que ya está lista, ahora solo tienes que dejar enfriar y verter sobre nuestra tarta ya cuajada. 
Desmoldar con cuidado y decorar como mas te guste.